La memoria inquieta...

Segunda parte...


Cuando mi cabeza comienza a ir a una velocidad inmanejable ahí es el punto exacto donde comienzan todos mis problemas.
No me asustas vos, no me asusto yo, no me asusta la idea, me asustan muchísimo Mis ideas.
No hay tal crisis hasta que de repente algo me rompe el burro de arranque y ahí si que ya no tengo retorno. Me gustan las cosas simples pero mi cabeza las complica.
No sé qué es lo que me asusta, no logro distinguirlo en tanto enredo, pero me paraliza, me quedo quieta mirándote con los ojos llenos de lagrimas pidiéndote por favor que rompas la barrera , pero siempre soy yo la que no logra hacerlo y lo sé, quiero hacerlo, quiero romperla a patadas, pero no puedo.
Te veo ahí, me encanta verte, ya no tengo dudas pero eso a mi cabeza la vuelve loca y no me animo a pedirte lo que yo sola no logro resolver, se me estruja el corazón porque te siento cerca y me gusta pero no sé cómo alcanzarte. No hablo claro ni aprendí a moverme sin atolondrarme porque mis ideas siempre están varios pasos adelante y me las termino chocando.
Quiero ser yo, me canse de jugar, quiero ser simple, clara, linda, quiero ser para mi y para vos, pero la nena asustada de la que nunca pude librarme sigue ahí dando vueltas, llorando y jugando a las escondidas, a las adivinanzas, confundiéndome con sus cuentos, escondiéndose en mi cabeza por que la lastimaron, la abandonaron y la dejaron sola y se pelea con la mujer que ahora es, que le costó hasta sangre llegar a ser y que le pide por favor que le suelte la mano, que entienda que no fue culpa de ninguna y que ya no puede estar haciéndose cargo.

No me asustas vos, no me asusto yo, no me asusta la idea, me asusta ella...