domingo, 26 de diciembre de 2010

Yo confieso...


Capitulo 9...


Detesto con todas mis fuerzas las reflexiones del domingo por la tarde...
Hace bastante tiempo una amiga muy especial me decia que habia que ser bien bien mala, jamas quise creerle, hoy le dejo el beneficio de la duda, quiza por ser domingo a la tarde...




Fue todo tu culpa chiquita, a juntar las haditas desparramadas y a patearle la cabeza a los sapos, una tarde mas, una vez mas...

jueves, 23 de diciembre de 2010

Fastidio desmedido siete...


Hoy no se bancaba la temperatura, no se bancaba la cabeza, no se bancaba hacer infinitas cuentas y no recordar los números ni los resultados, no se bancaba el silencio, no se bancaba las ganas, no se bancaba el capricho, hoy no se bancaba al psicólogo que la hacía pensar, no se bancaba el espacio, ni ese ni otro, no los bancaba a ellos, no te bancaba a vos, no lo bancaba a él ni a su ausente novia, no se bancaba las galletitas de colores, no se bancaba al cine ni un poco, no se bancaba la compu que se apagaba, no se bancaba el detalle del tiempo, no se bancaba pensar, no se bancaba el pánico de los números que no encajaban, no se bancaba al perro, no se bancaba al otro que no podía sostenerse ni a él, no se bancaba los moretones, no bancaba la seguridad, imposible bancarse otra vez esa idea que se repetía de mil formas diferentes, no se bancaba quererlo, no se bancaba no quererlo, no se bancaba extrañarla, no se bancaba el olvido, no se bancaba el perdón, no se bancaba escribir algo medianamente decente, no se bancaba la idea del otro, no se bancaba perder, no se bancaba encontrar, no se bancaba las mismas estúpidas trabas de siempre, no se bancaba llorar como idiota, no se bancaba lo que la hacían llamar casa, no se bancaba esperar ni un segundo mas, no se bancaba las adivinanzas ni auto convencerse de nada, no se bancaba el miedo ni las ganas de mandar todo a volar.

Hoy por primera vez en muchísimo tiempo NO SE BANCABA.

y claramente no se banca haber escrito tantas veces no se bancaba...

domingo, 19 de diciembre de 2010

Los otros y yo...


Capitulo seis...


Y de repente lo comprendió todo, encendió un cigarrillo mientras su cabeza viajaba por cualquier lado y percibió ese splash en su interior. Sin preguntárselo, sin siquiera estar pensando en eso las posibles respuestas caían por su propio peso.
Tantas veces se había enfurecido, había maldecido, pataleado y gritado tan livianamente la palabra “cobarde” ¿y si el factor desencadenante siempre había dependido exclusivamente de ella? ¿Y si era ella la que se escapaba por más que se quedaba quieta una y otra vez?
La secuencia se repetía irritablemente, en un instante mínimo y sin fundamento alguno ella sentía como un quiebre brutal y dulce en su interior, no importaba el lugar o el momento, como que todo a su alrededor se congelaba un segundo y una visión se apoderaba de ella, la del principio del fin.
Esta noche se le había presentado nuevamente, pero esta vez algo había sido muy distinto, quizá porque él no le dejaba margen para neurosis alguna, todo a su alrededor se congelo, el reflector le apuntaba directo al rostro cegándola, la música circense comenzó a sonar y el ratoncito que vive en la tetera hizo su entrada triunfal bailoteando al grito de “hui rubia, corre rápido, escápate, ya es hora” un flash violento de recuerdos se abalanzo sobre ella, un bombardeo visual que había visto tantas veces y en realidad no había visto nunca, el punto de vista había cambiado, ya no era el propio, ¿ y si a la mínima sensación de percibir la necesidad de otro salía corriendo a esconderse ya no debajo de la cama si no en el interior de su cabeza?

Yo también tengo miedo.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Ridicula...


séptima parte...


Ella escapo casi corriendo, salió afuera a tomar aire, sinceramente le estaba costando bastante trabajo respirar, últimamente da vueltas por mi cabeza la idea de que la cantidad de amor que alguna vez se tuvo es proporcional al esfuerzo que se debe hacer para lograr respirar luego de algún gesto inesperado. Por primera vez en mucho tiempo afuera le parecía el lugar más seguro.
Tenes que dejarlo ir de una vez Simona, le dijo verónica mirándola a los ojos, ella no pudo sostenerle la mirada, vos sabes que de verdad lo intento pero acá nadie suelta, dijo la rubia congelada en un instante o en un par.
No había significado nada y a la vez había significado todo pero las horas pasaban y no lograba conciliar absolutamente nada, estaba jodidamente inquieta, jodida-mente.