jueves, 19 de mayo de 2011

Ridicula...


Novena parte...

Te recorro en mi imaginación todo el tiempo, porque solo en mi cabeza ocupas un lugar verdadero, pero no por eso menos real, me descubro comprendiendo que los encuentros no son nada simples, pero que el desencuentro es un lugar en el que elijo estar constantemente, no logro explicarlo con coherencia porque es mucho más amplio, me atraviesa a mí, te atraviesa a vos, aunque apenas te roce y atraviesa absolutamente todo cuanto me rodee.
entonces los Nadies me ignoran y no es algo que realmente me importe, pero es un hecho que voy al choque de todo, como si no me bastara lo que de verdad me pasa, siempre buscando mas de nada, como si no quisiera hacerme cargo, como buscando una constante confirmación que contradiga todo lo que creo, como si revocar con aire me fortaleciera mientras me vuelvo cada vez mas frágil, como si sirviera de algo y lo más terrible es que en algún rincón retorcido y oscuro quizá me sirva.
el es el miedo con rostro amigable, yo soy la ridícula de capa roja y vos sos el bosque que me deja pasar fácilmente.
en la metáfora está el conflicto del cuento, vos me dejas pasar y yo estoy tan aterrada que corro al lodo, al desencuentro, a ese lugar contradictoriamente cómodo, porque es mas fácil lidiar con el hecho de que no pase nada a que pase todo, porque visto de afuera si atravieso el bosque sin que me pase nada me salvo, pero en realidad me pierdo y yo ya no quiero perderme, yo no quiero dejarme pasar, sin bosques, sin miedos, como puedo, como no puedo, sola, fabulosa con mi capa roja escribiendo mi propio cuento...

1 comentario:

  1. imaginación acompañada de la ya asegurada caida libre sin arnés.
    Estar de vuelta.

    ResponderEliminar