Catalina estaba sentada inmóvil vomitando todo lo que le pasaba, la historia que contaba no la enorgullecía para nada pero era parte de ella, enfrente estaba Manuel, el le recordaba a catalina lo mas puro y siniestro de su persona. Ella no lo miraba, no podía hacerlo, tenia tantas ganas de contarlo todo con lujo de detalle pero era tan grande el sentimiento de vergüenza que esto le generaba que reducía la versión de los hechos a lo justo y necesario, Catalina no miraba a Manuel pero sus ojos pedían a gritos comprencion, protección, no quería por nada en el mundo que el la juzgue mientras ella misma era la que lo hacia y se castigaba y torturaba. Catalina creía desear que Manuel no deje de verla como esa chica que alguna vez el conoció y que estaba a millones de años luz de esa sala y en realidad ella no podía descubrir que lo que deseaba con todas sus fuerzas era al menos por un instante verse otra vez como aquella chica que hace tanto tiempo estaba extraviada.
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